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sábado, febrero 16, 2008

Carmelo, el Beckenbawer de la bahia

Los aficionados al fútbol siempre hablamos de los que para nosotros son los mejores jugadores de la historia.
Todavía hoy en día no nos ponemos de acuerdo en quien es el jugador más importante de la historia del fútbol. Maradona, Pele, Di Estefano, Cruyff, Oliver Athon...
Hay una cosa que no se puede discutir… ¿Quien es el peor futbolista que a pasado por los terrenos de juego?
Entre todos los paketes destaca uno sobre los demás, un jugador inigualable hasta la fecha.
Carmelo, el peor jugador de la historia del fútbol mundial.
Jugador que militaba en el Cádiz, cuando este equipo estaba en la primera división, luchando como no, por no descender, en los 80 y parte de los 90.
Jugador feo como ninguno, marcaba estilo propio. Con sus medias bajadas, calvo, y con bigote. No obstante fue el último futbolista en España con huevos suficientes para llevar bigote.Y es que por aquella época los futbolistas no eran marikas metrosexuales de mierda, eran hombres.
Defensa central de categoría, (preferente eso si), brillaba siempre cuando el equipo contrario atacaba su portería. En dichos momentos cuando tenia que defender a un contrario, siempre se caía y el rival marcaba gol. Siempre que al Cádiz le marcaban, podíamos ver en un segundo plano, cerca del jugador que remataba a portería, como Carmelo ya estaba en el suelo, deleitándose con el remate del rival. Pasaba mas tiempo en el suelo, intentando levantar su puto culo de matakan, que de pie. Pero aun así Carmelo.....como nos hicistes descojonar con tu fútbol friki. Si señores, Carmelo fue el primer y mas fiel exponente del fútbol friki.(Fútbol friki. Dicese del tipo de fútbol que despliega un jugador, por lo general, de muy mal ver, en el campo. El cual consiste en hacer reír a la afición contraria mediante fallos garrafales, llenos de torpeza, paquetería y mediocridad, como cualquier payaso de circo).Cosa que logicamente a su propia afición no le hace ni puta la gracia. Por eso es increíble que Carmelo no muriera a manos de cualquier seguidor del Cádiz en todos esos años.




Las estadísticas hablan por si solas: el Cádiz solo mantuvo su portería a cero en cinco partidos, durante su estancia en la primera división. Curiosamente en esos cinco partidos Carmelo no jugo por lesión. Todas estas lesiones se las hizo solo, cayendo al suelo tropezando con sus piernas.
Pero Carmelo no solo tenia defectos, también tenia virtudes, como su rapidez. Era capaz de correr los 100 metros lisos en 35,5 segundos , eso sin el estomago lleno y habiendo cagado antes, y si no se tropezaba y se iba al suelo.
De todos es sabido que Carmelo es el máximo goleador en propia puerta de toda la historia del fútbol español. Pero poca gente sabe que también una vez marco un gol en la portera contraria.
Lo recuerdo como si fuera ayer. Carmelo roba la pelota en el centro del campo, después de una asfixiante presión al contrario. En ese momento y después del gran esfuerzo físico derrochado y lejos de amilanarse, mira hacia delante con mirada de cazador, ve varios contrarios que se dirigen hacia el como bestias hambrientas, Carmelo, haciendo uso de su innata calidad brasileña, se desase de dos contrarios a la vez con un regate visto y no visto, que deja impresionado a todo el estadio. Entonces empieza a correr hacia la portería contraria, con la pelota pegada al pie como si la tuviera cosida. Que belleza su zancada, que porte, que calidad.
Se le acerca otro contrario y Carmelo le hace un túnel y sigue corriendo cual bello corcel llegando al área rival, le sale un defensa al corte, le hace un regate que le rompe la cintura. Dicho quiebro se bautizo como regate de la cuerda. Simplemente, increíble. Solo un jugador de ensueño como el era capaz de hacer algo así.
Nadie lo puede parar, demasiada habilidad, rapidez y potencia posee Carmelo. Los contrarios están a su merced y solo queda el portero.
Carmelo se dirige a la portería, el guardameta sale a su encuentro, intenta cerrarle el paso, pero todo esta perdido, es Carmeliño con quien se tiene que medir.
Carmelo corre como un leopardo con sus cabellos al viento, que elegancia. Lejos de romper el balón de fuerte disparo con cualquiera de sus piernas poseedoras de una fuerza sobrenatural, de otro mundo, de otra galaxia, remata a portería de una forma jamás vista por un mortal. Dicho remate se llamo con el tiempo "rabona".
Un remate digno de un dios que se coló en la portería con suavidad, pero inalcansable para cualquier humano.
Nadie vio nunca un gol tan bello.



Ahora es cuando os cuento la verdadera historia del gol de Carmelo:
Carmelo anda por el centro del campo, lejos de su posición natural en la defensa. No es cuestión de estar cerca de la portería para que se noten sus cagadas. Cuando un contrario da un mal pase y la pelota llega hasta Carmelo.
Carmelo le da una patada hacia delante, acordándose de la madre del rival que ha hecho que el balón llegue a sus pies, e intenta seguir la pelota. Cuanto mas lejos de su portería menor será su cagada, piensa.
Carmelo y el balón sobrepasan a todos los defensas contrarios, los cuales estaban adelantados, mirando todos a Carmelo, y luego se miran los unos a los otros, como no creyendo lo que están presenciando.
Se encogen de hombros y dejan que Carmelo siga con el balón hacia la portería, sabedores de que esa cosa que corre hacia su portería no tardara en tropezar solo y dará con sus piños contra el césped.
Pero el patético jugador del Cádiz corre y corre aunque parezca que no avanza debido a su lentitud, con sus pelos del bigote al viento, porque en la cabeza no tiene mas que un enorme cortafuegos, y con sus patas arqueadas.
Parece increíble que se mantenga en pie durante tantos segundos, y que este cerca de la portería contraria, donde el guardameta le espera bostezando y mirando a Carmelo con cara de pena.
Carmelo después de unos 40 metros llega reventado a la zona de gol . Con la forma física digna de una persona de 80 años no es de extrañar.
Carmelo se para y pide agua, y su padre que esta en la grada piensa por millonésima vez porque nunca a pedido la paga al estado por tener un hijobobo.
El portero sabe que Carmelo solo tiene dos opciones cuando llegue la hora del remate a puerta. Que le de a la pelota y esta se dirija hacia cualquier lugar del mundo que no sea el interior de los tres palos, o que se parta la pierna al contactar esta con la pelota debido a la fragilidad de Carmelo.
Carmelo golpea el balón y este se introduce en la portería incomprensiblemente, indicando el albitro justo antes de todo esto saque de puerta.
Pero ha sido gol, aunque nadie se lo crea.
El albitro no sabe si es legal dar validez a un gol marcado por Carmelo, pero después de pensarlo un rato decide darlo por bueno.
El portero se convirtió en el único guardameta que encajo un gol de Carmelo, exceptuando a los porteros del Cádiz claro.
Cosa que hizo que dicho portero se volviera mentalmente inestable y que terminara con su sufrimiento mediante el suicidio años después.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

muy bueno tio ,ya era hora que publicaras algo decente, yo me acuerdo de carmelo y estoy contigo era mu malo

12:35 p. m.  
Blogger graograman said...

Claro que el post es muy bueno, acaso no lo he escrito yo¿?.Es lo que tiene ser el mejor escritor del mundo conocido.

Saludos amiguito o amiguita.

4:28 p. m.  

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